Un banco ilustrado y cívico

En la calle Aragón, de Binéfar, junto a la frutería de Esther, se viene dando una circunstancia que habla, y muy bien, de los vecinos del barrio y visitantes. Todo empezó con el encuentro matinal de dos libros por parte de la propia Esther Ruíz. ¿Alguien se los habría dejado? ¿Fueron depositados con alguna intención? La respuesta, parafraseando a Dylan, está en el aire; el caso es que nuestra frutera de referencia agrupó ambas lecturas en un solo banco, añadió alguna más y puso un cartel: «Punto de libro: coge uno, deja otro. Gracias». A partir de ahí, y desde hace ya unas cuantas semanas, el banco es un ir y venir de libros y revistas a disposición de los viandantes. ¡Curioso y singular!.