Siempre recordado; Vicente Abadía Murillo
Escrito por Somos Litera Radio el 26/09/2024
Vicente Abadía Murillo fallecía, este 26 de septiembre, en Binéfar a los 86 años de edad. Para el recuerdo de todos queda un tipo humilde, sencillo, singular, sosegado y quiosquero de nuestras primeras lecturas hace ya demasiados años. En 2009, y con motivo de un reportaje a Vicente en el número 4 de Somos Litera, escribíamos lo que sigue: “Muchas generaciones de binefarenses y literanos le debemos la lectura de nuestros primeros tebeos, periódicos y libros. Vicente Abadía nos envolvió durante cuarenta años de todos los sueños que se pueden encontrar en las entrañas de un buen título, además de mantenernos informados de todo lo bueno y no tan bueno que iba pasando en España y en el mundo”.
Firmamos hoy lo escrito hace tres lustros. Vicente comenzó en 1957 vendiendo sus primeros tebeos en la calle; por ejemplo, en la esquina de avenida de Aragón con plaza España. En 1967, y acompañado siempre de su madre, estrenó el quiosco más recordado, el de plaza España. El 2 de febrero de 1982, una pala derribó el quiosco y mucho más, para Vicente y para los vecinos-clientes. Su última estancia, hasta la jubilación en 1997, la pasó en plaza la Litera. Cuarenta años resumidos en unas pocas líneas, cuarenta años y unas cuantas bicicletas rodando por las calles de Binéfar y algunos pueblos de la comarca.
Vicente Abadía forma parte ya de la historia contemporánea de Binéfar. No en vano, fue pregonero en las fiestas mayores de 2018; uno de los días más felices de su vida, según nos confesaba en aquella misma jornada del 12 de septiembre. El servicio profesional que prestó no fue por casualidad: “Soy un gran lector de comics, periódicos y libros. Aún hoy sigo recibiendo diarios de otras comunidades españolas, libros y revistas de otros países, además de releer a diario diferentes tebeos, especialmente mi favorito, Roberto Alcázar y Pedrín”. Era lo que nos decía Vicente en el reportaje antes referido.
Pero además de la lectura, el bueno de Vicente contaba con otra gran afición, los viajes: “He recorrido cuatro de los cinco continentes. Sólo me queda por visitar África y en ello estoy. De todos los lugares donde he estado me he enamorado, aunque siento especial atracción por París, Buenos Aires y Tokio. Me gustan las grandes capitales aunque sigo adorando mi pueblo”. Y los del pueblo le recordaremos siempre, cuando revisitemos un tebeo de la época, un periódico de papel de aquellos que te dejaban las yemas de los dedos como el carbón o un libro que adquirimos “en lo de Vicente” con tanto interés como tiempo tardaba. Era otro siglo. Muchas gracias, Vicente.