La Casa Cariello, de Tamarite de Litera, inicia los trámites para ser catalogada como Bien de Interés Cultural

Escrito por el 03/06/2024

La dirección general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón inicia, con fecha de hoy lunes 3 de junio, el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento, para la Casa Cariello, situado en la calle Caballeros, número 3, de Tamarite de La Litera. La incoación del expediente conlleva la aplicación inmediata y provisional a la Casa Cariello y a su entorno de la protección para los bienes de interés cultural que figura en la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés, así como la suspensión de las licencias municipales relativas a todo tipo de obras o actividades en la zona afectada. Del mismo modo, se abre un período de información pública durante un mes, a contar desde el 4 de junio de 2024, para que cualquier persona física o jurídica pueda examinar dicho procedimiento y en su caso, y dentro de dicho plazo, pueden formularse cuantas alegaciones se estimen oportunas.

 

Imagen posterior de Casa Cariello

 

A instancia de la Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés, (APUDEPA), se solicitó la declaración como BIC, en la categoría de monumento, para la Casa Cariello en Tamarite de La Litera. A la vista de la documentación presentada y del informe técnico emitido, “resulta pertinente iniciar un procedimiento para su declaración como bien de interés cultural en la categoría de monumento, en atención a la naturaleza, características y valores culturales e históricos que presenta”, señala este lunes el Boletín Oficial de Aragón.

Casa Cariello representa una de las casas solariegas que se asentaron en la calle Caballeros, en el casco medieval de Tamarite. En ella, sobre elementos góticos que se pueden encontrar en los niveles inferiores, se levanta un edificio que todavía conserva bastante íntegra la imagen que obtuvo con una reforma importante de época barroca. Su fachada principal responde a composiciones habituales de los siglos XVII y XVIII en casas palaciegas aragonesas: planta baja de sillería con huecos pequeños y escasos, en la que destaca la portada de medio punto, planta primera – la noble – con escudo de armas y balcones volados que sirven a las estancias principales y, coronando el edificio, galería de arquillos sobre cornisa, que – junto al alero de madera tallada – remata superiormente. Pero son las fachadas posteriores las más singulares, debido a la excepcionalidad que les confiere el hecho de estar aligeradas en todas sus plantas alzadas, gracias al empleo de galerías porticadas, con arcos de medio punto, superpuestas a los muros que cierran realmente el edificio. En su interior, se encuentran partes íntegras del programa y distribuciones originales de estas casas como son: el zaguán, la escalera con su caja bajo bóveda de lunetos sobre pechinas, ampliamente decorada con alusiones a linajes familiares, salas que igualmente cuentan con molduras y trabajos de escayola, despacho, pasos, distribuidores y bodegas, encontrándose en una de ellas – según estudiosos en la materia – una de las pocas neveras interiores de Aragón. Igualmente, todavía son numerosos los elementos de carpintería de huecos barrocos que podemos encontrar, así como mobiliario y cuadros integrados.

Las medidas de tutela que se inician, paralelamente, a la incoación del expediente para obtener la consideración de BIC tienen como finalidad fundamental proteger la integridad del edificio y su entorno de protección. En particular, las obras o actuaciones que afecten al edificio, deberán mantener las características que determinaron su declaración, de acuerdo con los siguientes criterios generales: las intervenciones tenderán a preservar imagen y envolvente exteriores del edificio, en concreto conservarán: huecos, acabados, carpinterías y cerrajería; en la cubierta se repondrá el acabado original de teja cerámica vieja, al menos para las cobijas; las propuestas sobre los cerramientos y protecciones de las galerías porticadas de las fachadas posteriores, deberán estar basadas en un estudio histórico constructivo de estas; en el interior, se conservará estructura, distribución característica, acabados, así como elementos de carpintería y de cerrajería procedentes del s. XIX y anteriores. Igualmente permanecerán en las estancias para las que fueron concebidos: muebles, cuadros, cortinajes y otros enseres con la misma antigüedad, así como el pozo de hielo en su bodega. Excepcionalmente, se podrían autorizar ampliaciones o apertura de nuevos huecos, planteadas de forma neutra y carácter secundario respecto a los originales.


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