Fallece la gran Teresa Benavides

Escrito por el 24/06/2022

Este viernes, 24 de junio, nos dejaba la buena de Teresa a la edad de 91 años. Tamaritana de las que llegan y alma de Alma Literana en la segunda mitad del siglo XX. Valga el siguiente documento sonoro, grabado en los primeros días de julio de 2012, para recordar, eternamente, a una gran mujer y enorme jotera.

Teresa Benavides Uñez nació en el año 1931 en la calle Borja (travesía calle Delicias) de Zaragoza. Desde los tres años, la jota ya calaba en sus oídos de la mano de su madre, gran aficionada al folclore aragonés. Al poco de iniciar sus clases particulares de baile con el profesor Jesús Abadía (1935), la pequeña Teresa vio como la Guerra Civil interrumpía su pasión que volvería a florecer una vez concluido el conflicto nacional. En 1940, sus padres la matriculan en la recién creada Escuela Oficial de Jota Aragonesa, nacida en el seno del Conservatorio de Música de Zaragoza. Teresa Benavides fue una de las primeras alumnas y así consta a día de hoy en el libro de matrículas del centro, concretamente, con el número 5.

Con ocho años, la pequeña bailadora se puso en manos de la profesora de baile, Doña Isabel Zapata. Con ella, aprendió a bailar y a enseñar. Al mismo tiempo, su formación le llevó a estudiar música con Don Ángel Mingote, canto con Doña Pascuala Perié e historia de la jota con Don Andrés Araíd. Durante los años cuarenta y principios de los cincuenta, Teresa Benavides bailó con la gran mayoría de grupos zaragozanos de la época. Al mismo tiempo, su profesora de referencia, Doña Isabel Zapata, fue preparando a Teresa para la enseñanza, de tal modo, que en ausencia de la primera profesora, era la alumna aventajada la que tomaba el relevo en numerosos colegios de Zaragoza.
En 1948, y con tan solo 16 años, Teresa Benavides consigue un accésit al primer premio en el Concurso Oficial de Jota de Zaragoza, con la jota de Albalate. Un año más tarde, acaba sus estudios en la Escuela Oficial de Jota, obteniendo el correspondiente diploma que la acredita como profesora de baile regional. También es en esa época cuando la joven bailadora aprende la jota de Calanda, y lo hace de la maestría de otra formidable bailadora como fue Consuelo Navarro, hija del gran cantador Cecilio Navarro. Gracias a esa jota de Calanda y a su pareja de baile, Antonio Herrero, la artista zaragozana-tamaritana consiguió sus mejores triunfos. En 1949, se hacía con el primer premio en el Concurso Oficial de Jota Ordinario de Zaragoza, y en 1950, el premio extraordinario en el mismo concurso, además del Campeonato de Aragón con las jotas de Calanda y de Zaragoza, obligatoria ésta última para hacerse acreedora del merecido premio extraordinario. Con 18 años, y todavía desde Zaragoza, Teresa Benavides era ya una referencia dentro del folclore aragonés. Había conseguido los más preciados galardones, participando en los grandes festivales y pisando los mejores escenarios. De sus virtudes y conocimientos habían aprendido nombres que más tarde serían capitales en nuestro folclore, y su carisma trascendía lo profesional para instalarse en un nivel de excelencia que la historia de la jota aragonesa reconoce.

El primer contacto de Teresa Benavides con Tamarite de Litera fue en noviembre de 1949. La capital literana solía invitar a sus fiestas de invierno, en honor a la Virgen del Patrocinio, a la pareja ganadora en el Certamen del Pilar de Zaragoza. En ese viaje, la Agrupación Folclórica Alma Literana le ofreció a Teresa la posibilidad de impartir clases de baile en su escuela. La aceptación de la artista le llevó a desplazarse en numerosas ocasiones a Tamarite de Litera. A través del nivel de esas enseñanzas, Alma Literana consigue situarse entre las mejores y más reconocidas agrupaciones de la provincia de Huesca. En ese ir y venir de Zaragoza a la capital literana, Teresa entabló relación con Luis Peret Samitier, natural de Tamarite de Litera y miembro de Alma Literana. En 1956, la pareja se casa, y Teresa Benavides deja la ciudad para ser una tamaritana más. Desde ese momento, la profesora-bailadora-artista se vincula de lleno con Alma Literana, convirtiendo su magisterio en una palanca de proyección ideal para la agrupación local. Juntos recorren escenarios de Aragón, España y buena parte de la Europa más occidental (Francia, Italia o Bélgica), consiguiendo premios y honores que hoy se siguen recordando con orgullo en el seno de Alma Literana. Al mismo tiempo, diferentes pueblos de la comarca de La Litera tenían la suerte de contar con Teresa como profesora de baile. En 1986, treinta años después de su llegada definitiva a Tamarite, Teresa Benavides decide retirarse del arte del baile. Un año después, y en un homenaje a su trayectoria por parte de los Amigos del Folclore Aragonés, la bailadora dibujo su último baile, como no, con la jota de Calanda, y acompañada por Carlos Vidal. Ser profesora, amiga, colaboradora, consejera, guía, asesora y presidenta de Alma Literana dan para mucho, de tal modo que desde 1991, Teresa Benavides fue presidenta de Honor de la agrupación tamaritana, y desde 2010, su nombre dió vida a un hermoso festival folclórico-cultural que se celebraba en la segunda quincena de julio en la localidad tamaritana.

Según los que más la vieron, siguieron y saben de nuestro folclore, Teresa Benavides proponía un estilo puro, sencillo, fuerte, recio, con gracia, pero a la vez con elegancia, y sobre todo señorial, muy señorial, armónico en su ejecución y exacto en sus movimientos, libre de caprichos ajenos a la jota. De bailar, de cantar y por encima de todo, de trasmitir esa magia que sólo consiguen regalar al público los que más saben por conocimiento y virtud natural. Una gran mujer; una enorme jotera. Descanse en paz.


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