El día más hermoso y soñado

Escrito por el 18/03/2023

¡Aleluya! El pasado de tantos años de espera no importa. Hoy, sábado 18 de marzo de 2023, la historia se ha vuelto a citar en Binéfar. Allí donde las personas encuentran un espacio común para creer que la voluntad de querer mueve andamios gigantes y perpetuados. Diecisiete años de espera para vivir una tarde inolvidable con la reapertura de la iglesia de san Pedro Apóstol de Binéfar. Merced a todo un pueblo que se ha mirado a sí mismo para concluir que allí donde algunos, muchos, cultivan su fe; todos cultivamos nuestra historia, nuestra cultura, nuestra razón de ser, siquiera sea por los que nos han traído hasta aquí y que nos mostraron ese camino de memoria y esperanza en vida.

Eran las cinco de la tarde y la parroquial de Binéfar ya ofrecía un aspecto inusual a una hora del inicio de la celebración. La expectación era tanta que nada podía con la alegría de los primeros vecinos que se iban acercando a los bancos del templo. La Coral de Binéfar ultimaba sus voces, los párrocos, con más o menos nervios, iban de aquí para allá con el objetivo de que todo estuviera en el lugar que merecía en una tarde única. Llegaba el obispo de la diócesis Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, entre abrazos desde la misma puerta de entrada a la iglesia; recuerden que es “el obispo de las personas”. Su empatía, optimismo y fuerza de fe iba dejando sonrisas en cada saludo, en cada apretón de manos, en cada abrazo de obispo.

Todo estaba dispuesto: el coro en su lugar -también remozado-, la coral a la espera, los asistentes emocionados y la iglesia de san Pedro Apóstol con su mejor brillo de edificio señero despertando a tres lustros, y propina, de sueño no deseado. Con paseíllo de otras lides, salían los ocho curas cooficiantes para dejar el cierre al obispo. Eucaristía para las grandes ocasiones; Don Ángel celebraba, comunicaba e informaba sobre la historia de la rehabilitación del templo, dejando una impronta, ya conocida en él, de hombre que llega más allá de credos y simpatías… los de Ejea de los Caballeros son así.

Y llegó el momento de oficializar la reapertura con un sencillo y sentido acto presentado por Silvia Isábal, miembro de la Plataforma por la Recuperación de la Iglesia de san Pedro Apóstol. Condujo con el aplomo del conocimiento y la verdad de la experiencia. Inició la coral con Teresa Maza, al piano, y Victoria Laplana, como solista; obra de introducción y ambiente para los parlamentos que vendrían a continuación. Abrió el párroco local Jaime Clusa, artífice primero de la obra esculpida y de la magia social alcanzada; le siguió Pilar Cortés, incansable, tenaz, única… fue la voz de la plataforma ; el arquitecto de la restauración, Luis Galicia, ofreció detalles de la obra realizada; el obispo repitió palabra poniendo el objetivo en el esfuerzo de todo un pueblo por volver a celebrar, como Dios manda, en su iglesia de cabecera; y cerró el alcalde, Alfonso Adán, orgulloso, feliz y hasta emocionado de lo que estaba viendo y viviendo; incluso se guardó para la ocasión el anuncio de una ayuda municipal de 30.000 euros para rematar los detalles últimos de ese sueño hecho realidad que es, ahora sí, nuestra iglesia, su esplendor e historia.

La Coral de Binéfar cerró el acto con la interpretación de media docena de temas que fueron el mejor colofón a una jornada dispuesta para la memoria. Voces que elevaban un ánimo… hoy alojado en el cielo. Con la última interpretación llegaron los saludos, abrazos, ojos a punto de revelar emociones y lágrimas desacomplejadas ante el poder sin remisión de una sociedad unida en un objetivo que hoy vivió el día más hermoso y soñado.


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